El Centro Especializado en Rehabilitación Integral N° 3 (CERI 3) del Ministerio de Salud Pública, ubicado en Portoviejo, fue sede de una jornada de aprendizaje dedicada a la rehabilitación física y fisioterapia para personas que padecen o han superado el cáncer de mama. La iniciativa, que congregó a alrededor de 60 asistentes y ponentes de diversas especialidades, busca fortalecer el abordaje integral de esta patología.
María de los Ángeles Loor Zambrano, médico familiar y comunitario y directora del CERI 3, destacó el «componente científico» de la jornada, que contó con la participación de ponentes con experiencia de Solca, así como de médicos fisiatras y licenciados en terapia física y ocupacional. «Es muy importante que se haga el tratamiento integral, que se trabaje en equipo y que más allá de dar un tratamiento terapéutico farmacológico, también es importante reflexionar y unir todo lo que tiene que ver con la empatía, el acompañamiento, el dar esperanza tanto a los pacientes como a los familiares», afirmó la profesional de la salud.
La importancia de la rehabilitación física
María Angélica Briones Montesdeoca, médica fisiatra del CERI 3, subrayó que la jornada nació de la necesidad de las pacientes de «volver a su rutina anterior, del miedo a hacer actividades físicas, actividades laborales, actividades domésticas». Muchas mujeres, tras someterse a cirugías como mastectomías (simples o dobles) y tratamientos agresivos como quimioterapia y radioterapia, enfrentan temores y limitaciones físicas, como el dolor neuropático y el linfedema.
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La Dra. Briones explicó que la información adecuada y el seguimiento multidisciplinario son cruciales. «Se ha comprobado que la actividad física tiene beneficios en la aceptación del tratamiento oncológico en relación, por ejemplo, a la fatiga», señaló. Esto permite a las pacientes recuperar la movilidad, especialmente del hombro y brazo afectados, lo cual es vital para la tolerancia de terapias complementarias como la radioterapia. El CERI 3 ha atendido a alrededor de 50 pacientes con cáncer de mama en lo que va del año, ofreciéndoles orientación para retomar sus vidas sin miedo.
Un enfoque multidisciplinario y colaborativo en Portoviejo
La jornada enfatizó la necesidad de un enfoque multidisciplinario, involucrando a oncólogos, médicos paliativos, médicos rehabilitadores, terapistas físicos, psicólogos y nutricionistas. El CERI 3 trabaja con pacientes que han finalizado sus tratamientos, buscando disminuir riesgos como el linfedema y otros síntomas asociados.
Briones también resaltó la colaboración interinstitucional. Solca, por ejemplo, no cuenta con un área de fisioterapia en consulta externa, por lo que remite a sus pacientes a centros como el CERI 3. «Es como que una estrategia de darnos la mano«, explicó, para asegurar que los pacientes reciban el apoyo especializado que necesitan. Los profesionales y asistentes a la jornada pudieron instruirse y participar en un «conversatorio de biofeedback» para abordar de manera más efectiva los padecimientos de cáncer. Esta jornada de un solo día se enmarcó en el mes de conmemoración de la prevención del cáncer de mama, haciendo hincapié en la importancia del tratamiento integral y el seguimiento de los pacientes.
 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
															 
											 
											 
             
															 
															 
								 
								 
								 
								 
								 
															 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
															 
								 
								 
								 
								 
								