La llegada reciente de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) al sur de Luisiana ha provocado un efecto inmediato en la vida diaria de miles de inmigrantes, incluidos muchos ecuatorianos que viven y trabajan en la región. El Obispo de Baton Rouge, Michael Duca, decidió otorgar una dispensa para que los fieles que teman ser detenidos puedan quedarse en casa sin sentir que incumplen con su práctica religiosa.
En su comunicación pastoral, https://diobr.org/news/bishop-ducas-statement-regarding-mass-obligation, el obispo reconoce el ambiente de tensión que se vive. Describe “el angustiante clima actual de miedo y ansiedad que experimentan muchos en nuestras comunidades debido a las expulsiones masivas”. Para familias que ya evitaban salir incluso a hacer compras o asistir a la escuela, la posibilidad de presentarse en una iglesia el domingo se volvió aún más complicada.

Diócesis de Baton Rouge: la dispensa y lo que pide el obispo a los fieles
La medida permite que cualquier católico que tema ser detenido se ausente de la misa dominical mientras considere que no es seguro volver. La dispensa, explica el obispo, se mantendrá vigente hasta que el propio fiel determine que las condiciones cambiaron o hasta que la diócesis modifique la instrucción.
Duca también pidió que quienes opten por no salir de casa mantengan un espacio de oración familiar para honrar el día. Recomienda prácticas sencillas, como leer las lecturas del día, rezar el rosario o hacer una novena “pidiendo protección”. La intención es que las familias no sientan que se alejan de su fe, aun si las circunstancias los obligan a resguardarse.
Impacto en la comunidad hispana y otras comunidades migrantes
El obispo reconoce que la crisis no afecta a un solo grupo. En la carta señala que las expulsiones golpean a “Hermanos y hermanas Hispanos Católicos, pero también a refugiados e inmigrantes de todas las denominaciones de otras naciones que conforman la rica cultura de nuestras comunidades locales”. Para muchos ecuatorianos asentados en Baton Rouge y ciudades cercanas, estas palabras reflejan una realidad conocida: la mezcla entre incertidumbre laboral, temor a detenciones y el deseo de mantener una vida espiritual estable.
En varias parroquias, líderes comunitarios comentan que la asistencia bajó desde los operativos, y que familias enteras optaron por no salir de casa durante los fines de semana. La dispensa llega como un alivio parcial, pues reduce la presión moral que muchos sentían al faltar a misa.
La Diócesis de Baton Rouge hace un llamado a la dignidad y a la solidaridad
Duca aprovecha su carta para recordar que proteger al país no implica ignorar la dignidad de quienes viven en él. Afirma que “la seguridad nacional y la protección de la dignidad humana no son incompatibles”, e invita a buscar soluciones justas que no separen a las familias ni profundicen el miedo.
También cita al Papa León XIV para subrayar esta responsabilidad: «Dios tiene un lugar especial en su corazón para quienes sufren discriminación y opresión…». Para el obispo, este principio debe guiar tanto a la Iglesia como a los fieles en un momento en que muchas familias inmigrantes atraviesan semanas de ansiedad.
Un mensaje para este tiempo de Adviento
El cierre de la carta deja ver la preocupación pastoral por los migrantes que viven estas fiestas con incertidumbre. En palabras del obispo, deberíamos estar “anticipando la alegría de la Navidad”, no escondiéndonos por temor. Su llamado final es claro: acompañar, orar y no dejar solos a quienes hoy sienten más vulnerabilidad. (07)