El vicepresidente de Bolivia, Edmand Lara, expresó su respaldo al paro nacional convocado por la Central Obrera Boliviana (COB). Dichas manifestaciones se dan en contra del Decreto Supremo 5503, que eliminó el subsidio a los combustibles. Lara se declaró en “oposición constructiva” al Gobierno del presidente Rodrigo Paz, a un mes de su posesión el 8 de noviembre.
Lara, quien comparte fórmula presidencial con Paz desde las elecciones de octubre, criticó la medida como un “decreto del hambre”. Él aseguró que “los tiranos van a caer”, y lo dijo en videos difundidos en redes sociales. Las protestas, que incluyen paros y bloqueos en varios departamentos, responden al incremento en los precios de la gasolina y el diésel tras la eliminación del subsidio, vigente por más de dos décadas.
Paro se registra en varias ciudades de Bolivia
La COB anunció un paro indefinido para exigir la abrogación del decreto, mientras sectores como mineros y sindicatos han realizado marchas en La Paz y otras ciudades. El Gobierno de Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano, justificó la medida como necesaria para enfrentar la crisis económica heredada del socialismo. El primer mandatario aseguró que las reservas internacionales están agotadas y el déficit fiscal es muy alto.
El decreto también incluye un aumento del salario mínimo del 20%, de 2.750 a 3.300 bolivianos (476 dólares). También se incrementó los bonos sociales como la Renta Dignidad y el Bono Juancito Pinto, se lo hizo para mitigar el impacto en la población vulnerable. Las tensiones entre Paz y Lara se han intensificado desde el inicio del mandato. El vicepresidente, exoficial de policía y activista anticorrupción, ha cuestionado decisiones ejecutivas y condicionado aprobaciones legislativas, como créditos internacionales.
Escasez de dólares y combustibles que afectaron al país
Como presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Lara preside el órgano donde el oficialismo no cuenta con mayoría absoluta. Este conflicto interno ocurre en un contexto de crisis económica severa, con escasez de dólares y combustibles que afectaron al país en los últimos años del gobierno anterior del Movimiento al Socialismo (MAS).
El retiro del subsidio busca estabilizar las finanzas públicas, aunque ha generado rechazo sindical y social. Hasta el momento, las autoridades no han reportado avances en el diálogo con los sectores movilizados, y las protestas continúan evaluándose por sus impactos en el transporte y abastecimiento. El paro en Bolivia está lejos de terminarse, han referido dirigentes sindicales y representantes de la oposición al Gobierno.