Las fuerzas de Estados Unidos abordaron este domingo el petrolero Bella-1 cuando navegaba hacia la costa de Venezuela bajo un bloqueo marítimo activo impuesto por Washington.
La operación ocurre en aguas cercanas al país sudamericano y suma la tercera incursión contra buques petroleros en lo que va del mes.
El Bella-1 permanece sancionado desde junio de 2024 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro estadounidense. Las autoridades norteamericanas mantienen vigilancia reforzada en la zona como parte de su estrategia de presión energética regional.
Abordaje del petrolero Bella-1 cerca de Venezuela
El petrolero navega con bandera panameña y mantiene vínculos con la empresa Louis Marine Shipholding Enterprises. Dicha compañía figura relacionada con la Guardia Revolucionaria de Irán, según documentos oficiales del Departamento del Tesoro.
En su orden de sanciones, el Tesoro de Estados Unidos asegura que la firma ha “asistido, patrocinado o proporcionado materialmente apoyo financiero, material o tecnológico” a la fuerza iraní. Estas conexiones colocan al Bella-1 dentro del radar estratégico de seguridad energética estadounidense.
Según fuentes citadas por el portal Bloomberg, el petrolero realizaba una maniobra de aproximación a la costa venezolana para cargar crudo. La intervención ocurrió mientras la embarcación ajustaba su ruta hacia terminales energéticas del país sudamericano.
Tercera incursión naval de EE.UU. en el mes
La operación se suma a otros dos abordajes recientes ejecutados por fuerzas estadounidenses en la región. El petrolero Skipper enfrentó una intervención el pasado 10 de diciembre, mientras Centuries registró un abordaje durante la noche del sábado.
Estas acciones consolidan un patrón de control marítimo intensificado por Washington en rutas estratégicas del Caribe. La Casa Blanca refuerza así su política de sanciones contra operaciones energéticas vinculadas a actores internacionales sancionados.
Venezuela acusa “piratería” y anuncia acciones internacionales
El Gobierno de Venezuela condenó estas incursiones y las calificó como un “robo” de activos nacionales. Caracas además denunció un “secuestro” de las tripulaciones “cometidos por efectivos militares de los Estados Unidos de América en aguas internacionales”.
Las autoridades venezolanas también describieron los hechos como “piratería” y hablaron de una “flagrante comisión” de un “delito”. Según el Ejecutivo, las acciones vulneran normas del Derecho Internacional Marítimo vigentes.
El Gobierno de Nicolás Maduro anunció que “ejercerá todas las acciones correspondientes” para evitar que estos hechos queden “impunes”. Entre las medidas previstas figura una denuncia formal ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otros organismos multilaterales.