Susan Smith es una mujer de Carolina del Sur, Estados Unidos, que causó conmoción tras matar a sus dos hijos.
El caso inició cuando Smith denunció el secuestro de los niños, Michael y Alexander, a manos de un hombre afroamericano, una historia que resultó ser fabricada para encubrir que condujo su vehículo hacia el lago John D. Long con los menores en su interior. Esto, con el fin de eliminar obstáculos para su nueva relación sentimental.
Susan Smith y su gran mentira
En octubre de 1994, Smith capturó la atención de los medios nacionales al reportar que un hombre negro la había asaltado y secuestrado su coche con sus hijos dentro. La mujer tenía 23 años en esa época.
Durante nueve días, la mujer participó en múltiples entrevistas televisivas, junto a su entonces esposo, David Smith, para suplicar entre lágrimas por el regreso de los niños. Esta narrativa inicial apeló a estereotipos raciales de la época, lo que provocó una intensa búsqueda policial y discusiones sociales.
Sin embargo, la investigación encabezada por agentes locales y estatales comenzó a detectar inconsistencias en su relato.
Quería iniciar una nueva vida sin hijos
Tras someterse a diversos interrogatorios y ante la falta de evidencia que respaldara el robo del vehículo, Smith confesó la realidad el 3 de noviembre de 1994. Admitió haber dejado que su coche rodara hacia las aguas del lago con los niños sujetos en sus asientos. La motivación revelada fue la intención de perseguir una relación con un hombre que le había comunicado, mediante una carta, que no deseaba tener hijos.
El impacto de su confesión transformó la indignación ciudadana en un debate nacional sobre la salud mental y la manipulación del sistema judicial. En 1995, un jurado la declaró culpable de dos cargos de asesinato.
Aunque se consideró la pena de muerte, finalmente fue sentenciada a cadena perpetua. Las autoridades le dieron la posibilidad de solicitar libertad condicional al cumplirse 30 años de su reclusión. Ese plazo venció en 2024.
El proceso judicial y la audiencia de 2024
Durante la audiencia de libertad condicional, la junta de apelaciones escuchó el testimonio de una Susan Smith que expresó remordimiento por sus acciones. No obstante, la oposición de su exmarido, David Smith, fue determinante.
David, quien ha reconstruido su vida y formado una nueva familia, se presentó ante la junta para declarar que su exesposa “mató deliberadamente” a sus hijos y que la rehabilitación no es factible en un caso de esta naturaleza.
Las estadísticas del Departamento de Correcciones de Carolina del Sur reflejan que los crímenes de esta magnitud rara vez reciben beneficios de salida anticipada en su primera comparecencia. La junta fundamentó su negativa en la gravedad del delito y el daño irreparable causado a la familia y a la comunidad. Susan Smith deberá esperar un nuevo periodo legal para volver a presentar una solicitud de revisión de su caso.