Durante la Navidad, familias con hijos autistas enfrentan cambios de rutina y sobrecarga sensorial derivados de celebraciones, reuniones y estímulos, una realidad presente cada diciembre en distintos hogares y contextos sociales.
La Navidad es una época marcada por celebraciones, encuentros familiares y cambios en la vida cotidiana. Para los niños con trastorno del espectro autista (TEA), estas variaciones pueden resultar especialmente desafiantes, debido a la alteración de rutinas, la exposición a estímulos sensoriales intensos y las expectativas sociales propias de las fiestas.
Especialistas en neurodesarrollo explican que muchas personas con autismo se benefician de la previsibilidad y la estructura. Durante diciembre, la suspensión de clases, los horarios irregulares y las actividades extraordinarias pueden generar ansiedad, irritabilidad o conductas de evitación, sin que ello signifique falta de interés en las celebraciones.
A esto se suma la presencia de luces brillantes, música a alto volumen, fuegos artificiales y espacios concurridos, elementos que pueden provocar sobrecarga sensorial. En algunos casos, los niños expresan su malestar a través de conductas repetitivas, llanto o aislamiento.
Rutinas y anticipación como herramientas clave
Una de las estrategias más utilizadas por las familias es mantener, en la medida de lo posible, rutinas diarias estables. Horarios de sueño, alimentación y descanso ayudan a reducir el impacto de los cambios propios de la Navidad.
La anticipación también cumple un rol fundamental. Padres y cuidadores suelen explicar con antelación qué ocurrirá durante las celebraciones, utilizando apoyos visuales, calendarios o narraciones simples que permitan al niño comprender el entorno y sentirse más seguro.
En este contexto, los especialistas recomiendan priorizar la flexibilidad y adaptar las actividades a las necesidades del niño, evitando la imposición de dinámicas que puedan resultar abrumadoras.
Estímulos sensoriales y entornos controlados
Las reuniones familiares suelen implicar un aumento de estímulos. Para reducir el impacto, algunas familias optan por crear espacios tranquilos dentro del hogar, donde el niño pueda retirarse si necesita regularse.
El uso de audífonos con cancelación de ruido, luces regulables o juguetes sensoriales forma parte de las herramientas empleadas para facilitar la participación sin generar malestar. Estas adaptaciones permiten que el niño esté presente, respetando sus límites.
Asimismo, se recomienda reducir la duración de las reuniones o escalonarlas, priorizando la calidad del tiempo compartido por sobre la cantidad de actividades.
Regalos, expectativas y comunicación familiar
La entrega de regalos es otro momento sensible. En niños con autismo, el interés suele centrarse en objetos específicos, lo que puede diferir de las expectativas de los adultos. Especialistas señalan que respetar esos intereses favorece la regulación emocional y la motivación.
La comunicación con el entorno familiar es clave. Explicar a parientes y amigos las necesidades del niño contribuye a generar comprensión y evitar situaciones de presión social. La información clara reduce malentendidos y promueve un ambiente inclusivo.
En muchos hogares, la Navidad se transforma en una oportunidad para educar en diversidad, promoviendo la empatía y el respeto por las diferencias neurológicas.
Contexto y acompañamiento profesional
Datos de organismos internacionales indican que el trastorno del espectro autista afecta a 1 de cada 100 niños a nivel mundial, lo que convierte a la inclusión en fechas festivas en un desafío social amplio. En este escenario, el acompañamiento de profesionales de salud y educación resulta clave para orientar a las familias.
La Navidad no tiene un único significado ni una única forma de celebrarse. Para las familias con hijos autistas, adaptar las tradiciones es parte del proceso de cuidado y bienestar. La prioridad, coinciden los especialistas, es garantizar un entorno seguro, predecible y respetuoso, donde el niño pueda transitar las fiestas de acuerdo con sus necesidades.