Estados Unidos afirmó este jueves 11 de diciembre que pretende incautar el petróleo transportado por el buque intervenido un día antes frente a las costas de Venezuela, durante una operación conjunta del FBI, Seguridad Nacional y la Guardia Costera, con apoyo del Pentágono. La Casa Blanca confirmó que la embarcación será trasladada a un puerto estadounidense para continuar con el proceso legal correspondiente al decomiso.
Casa Blanca detalla el procedimiento
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó en una rueda de prensa que existe un marco jurídico que respalda la incautación del petróleo y que el Gobierno seguirá cada paso establecido. Señaló además que el buque se encuentra actualmente bajo un proceso de decomiso, en desarrollo desde que las autoridades estadounidenses tomaron control de la embarcación.
Leavitt explicó que un equipo de investigación federal trabaja en el buque desde la intervención. Según detalló, las personas que viajaban a bordo están siendo entrevistadas y se está recopilando evidencia considerada relevante por los organismos de seguridad encargados del operativo.
Investigación en curso y objetivos oficiales
Consultada sobre si la intervención responde a una estrategia centrada en el narcotráfico o en el petróleo venezolano, Leavitt afirmó que la Administración de Donald Trump está “centrada en muchas cosas en el hemisferio occidental”. Aseguró que el Gobierno mantiene dos líneas de acción prioritarias: detener el flujo de drogas ilegales hacia Estados Unidos e implementar las sanciones económicas adoptadas por Washington.
La vocera fundamentó la incautación en este último punto, al señalar que la política de sanciones requiere impedir que buques presuntamente sancionados transporten petróleo proveniente del mercado negro, cuyas ganancias podrían financiar redes ilícitas.
Advertencias sobre futuras incautaciones
Ante preguntas sobre la posibilidad de nuevas incautaciones de embarcaciones en aguas cercanas a Venezuela, Leavitt evitó confirmar operaciones futuras. No obstante, sostuvo que Estados Unidos no permanecerá inactivo “viendo cómo buques sancionados navegan con petróleo del mercado negro”, argumentando que dichos movimientos beneficiarían a regímenes corruptos o ilegítimos a nivel internacional.
Estas declaraciones se producen un día después de que el presidente Donald Trump advirtiera al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, que “tiene los días contados”. Esto, en un mensaje que aumentó la tensión diplomática entre ambos gobiernos.
Reacciones internacionales y contexto regional
La intervención del buque generó reacciones inmediatas en el entorno internacional. Rusia y Cuba expresaron su respaldo al Gobierno de Caracas y rechazaron las acciones de Estados Unidos. Ambos países han mantenido en los últimos años una posición de apoyo político y económico a Venezuela, especialmente ante sanciones y restricciones impuestas desde Washington.
La Organización de las Naciones Unidas, por su parte, llamó a todas las partes involucradas a ejercer moderación. El organismo recordó la importancia de evitar incidentes que escalen el conflicto y afecten la estabilidad regional. Esto, en un contexto ya marcado por tensiones políticas y económicas en Venezuela.
Implicaciones para la relación bilateral
La operación estadounidense se suma a una serie de acciones que han deteriorado las relaciones entre Washington y Caracas durante los últimos años. La intervención del buque y la intención declarada de incautar el petróleo refuerzan la política de presión que la administración estadounidense mantiene sobre Venezuela. Especialmente en materia de sanciones financieras y control de actividades consideradas ilícitas.
Analistas aseguran que estos episodios pueden profundizar el distanciamiento entre ambos gobiernos y colocar nuevamente en el centro del debate internacional el impacto de las sanciones. El control del comercio petrolero y las dinámicas de seguridad en el Caribe.