El Gobierno de Singapur anunció este viernes 19 de diciembre de 2025 que los delitos de estafa y fraude financiero serán castigados con hasta 24 azotes, una medida que entrará en vigor el próximo 30 de diciembre.
Esta resolución, ratificada tras el aval del Parlamento, busca combatir el repunte de actividades ilícitas digitales y el blanqueo de capitales en la ciudad-estado, estableciendo sanciones físicas y económicas más severas para los responsables y sus colaboradores.
La nueva normativa de Singapur
El Ministerio del Interior detalló que la nueva legislación es una respuesta directa al desafío que suponen las estafas modernas en el ecosistema digital. Con la ratificación de esta norma, las autoridades pretenden garantizar una reducción significativa de estos delitos que afectan la estabilidad económica de los ciudadanos.
Según el comunicado oficial, el rango de la pena física variará entre los seis y los 24 azotes para quienes sean hallados culpables de ejecutar fraudes o de reclutar personas para participar en estas redes delictivas.
Además, la normativa contempla sanciones específicas para quienes actúen como facilitadores de la logística criminal. Aquellos que proporcionen tarjetas SIM o entreguen credenciales personales para facilitar el blanqueo de activos o el movimiento de dinero ilícito podrán ser sentenciados a 12 azotes.
Esta medida apunta a desarticular la infraestructura técnica que permite el anonimato de los estafadores en el entorno nacional e internacional.
Escalada de penas y multas
El incremento en el rigor de las sanciones no se limita exclusivamente al castigo físico. El Parlamento también aprobó un aumento considerable en las multas económicas, buscando atacar directamente la rentabilidad de los esquemas fraudulentos.
El Ministerio del Interior subrayó que la lucha contra las estafas se ha convertido en una prioridad nacional, debido a que el número de casos registrados durante el último año ha alcanzado niveles considerados como “preocupantes” por los organismos de seguridad.
Para el sistema judicial de Singapur, la introducción de los azotes como pena específica para el fraude marca un endurecimiento histórico en su código penal.
Históricamente, el país ha utilizado el castigo corporal para delitos violentos o de vandalismo grave. Sin embargo, la inclusión de delitos de cuello blanco y estafas tecnológicas responde a la evolución de las amenazas contemporáneas. La ley afectará por igual a residentes y ciudadanos que operen dentro de su jurisdicción.
La implementación de estas penas busca un efecto disuasorio inmediato. Según las autoridades, el uso de la fuerza física como castigo legal es una herramienta necesaria para mantener el orden social. Así como para proteger a las víctimas vulnerables de los ciberdelincuentes.