El presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió perdón por la muerte de siete niños reclutados por las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante un bombardeo efectuado por el Ejército esta semana en Guaviare, en el este del país.
El ataque se dio contra el grupo rebelde liderado por alias ‘Iván Mordisco’, informaron medios colombianos. “Es dolorosa la pérdida de los menores de edad y yo llevaré ese pesar en mi conciencia, y sé que nunca podré superar el dolor de sus madres a las que pido perdón”, dijo en un extenso comunicado en su cuenta de la red social X, publicado el domingo. Allí, se declaró “responsable como comandante” del operativo.
El presidente de Colombia aseguró que los niños eran “combatientes en acción ofensiva”
Petro reiteró en su defensa que “las columnas de los narcos van por la selva y no son visibles para saber edades“. Además, señaló que los menores, que “no detectamos que existieran, son combatientes en acción ofensiva” y que, por tanto, el Derecho Internacional Humanitario los excluye “del tratamiento a poblaciones civiles”. Ello, añadió, “no es excusa para que exista reclutamiento de menores o no busquemos tratarlos de manera diferente”.
El mandatario justificó la tragedia aludiendo a la ruptura de las conversaciones de paz por los grupos paramilitares, lo que provocó “el fortalecimiento de (su) codicia e hicieron del reclutamiento de niños su estrategia para defenderse con cobardía”.
“Respondemos al proceso de hacer trizas la paz, que nunca debió ser emprendida, pero esa fue la realidad histórica que nos precedió y por tanto hay que usar las armas que tenemos”, reclamó en una nota en la que defendió “la opción armada si el grupo armado no accede a la negociación ni a la paz”.
“No es un crimen de guerra”
Petro afirmó que no pueden “dejar pasar el narco al poder territorial”, para lo cual es necesario “integrar las formas acción sociales, políticas y militares”. “Por eso tomé la decisión del bombardeo”, aseveró.
El presidente ya exhibió el sábado una causa de fuerza mayor para justificar el bombardeo que mató a tres niños y cuatro niñas. “No es un crimen de guerra, porque si no se hace, 150 hombres bien armados hubieran podido matar a 20 soldados que se encontraban al frente”, indicó en la misma plataforma, donde destacó la liberación de más de 2.400 menores en este contexto.
Niños son reclutados por la fuerza en Colombia
El reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes por grupos armados ilegales en Colombia persiste como secuela del conflicto armado. Esto, pese al acuerdo de paz con las FARC en 2016.
En 2025, se registraron al menos 123 casos entre enero y septiembre, principalmente por el ELN, disidencias de las FARC y el Clan del Golfo. Estas afectan regiones como Cauca, Nariño y Catatumbo, con mayor impacto en comunidades indígenas y afrocolombianas.
Factores como pobreza extrema, deserción escolar y control territorial impulsan esta práctica, agravada por el uso de redes sociales para captación.
Las víctimas enfrentan abusos sexuales, combate directo y trauma irreversible, con miles desmovilizados históricamente.