La tarde de este miércoles 3 de noviembre, Leonardo Escobar, exministro de Agricultura y una de las voces más autorizadas en el sector agropecuario nacional, ofreció un análisis profundo sobre la situación actual del plátano en Ecuador. Su intervención, en Manavisión Plus, no solo destacó los logros históricos que han posicionado al país en la cima del mercado global, sino que también puso el dedo en la llaga sobre las deficiencias estructurales que amenazan la sostenibilidad de este cultivo vital.
Para Leonardo Escobar, hablar del plátano es hablar de la identidad profunda del Ecuador y de su conexión con el mundo. “La situación de plátano no solo hay que hablarla con Manabí, sino con el Ecuador profundo y con los ecuatorianos que viven en el exterior”, afirmó, recordando que la demanda de este producto es sostenida por migrantes en zonas clave de Estados Unidos como Connecticut, New Jersey y Nueva York, así como en Europa.
De la promesa de 1948 a la hegemonía mundial
El exministro hizo un recorrido histórico para contextualizar el éxito actual. Recordó que la visión agroexportadora se cimentó en 1948, cuando el candidato Galo Plaza Lasso prometió colocar al banano ecuatoriano en el primer puesto mundial en calidad y cantidad. Esa promesa se cumplió en 1950 bajo la gestión del ministro Clemente Yerovi, y el país ha mantenido ese liderazgo hasta la fecha.
En el caso específico del plátano (barraganete), Ecuador ha logrado un hito similar. “Somos los primeros en el mundo, desplazamos a Guatemala y ocupamos el 31% de la producción de exportación mundial”, destacó Leonardo Escobar, enfatizando que este liderazgo no es solo en volumen, sino en la calidad superior del producto nacional.
El declive de “la capital mundial del plátano”
Sin embargo, las cifras actuales revelan una contracción preocupante en las zonas tradicionales de cultivo. Leonardo Escobar señaló que el cantón El Carmen, en la provincia de Manabí, llegó a ostentar el título de “capital mundial del plátano” con una superficie cultivada de 70.000 hectáreas, según datos de censos agropecuarios anteriores.
Hoy, la realidad es distinta. Citando a Luis Góngora, presidente de los plataneros de la zona, Leonardo Escobar indicó que las estimaciones actuales hablan de entre 42.000 y 45.000 hectáreas. A pesar de esta reducción, el “triángulo productivo” conformado por El Carmen, Santo Domingo y La Concordia sigue concentrando fácilmente el 70% de la producción platanera del país.
El plátano no solo es crucial para la exportación, sino para la seguridad alimentaria interna. El consumo per cápita anual en Ecuador alcanza los 43 kilos, convirtiéndolo en un elemento esencial de la canasta básica. Leonardo Escobar resaltó que, tras la pandemia, este alimento ganó relevancia global por su textura y propiedades, al punto que la revista Forbes lo ha catalogado recientemente como un plato gourmet a nivel mundial.
La deuda con la agricultura familiar
El análisis de Leonardo Escobar también abordó la estructura social de la producción. Explicó que el 80% de los plataneros son dueños de menos de cinco hectáreas, lo que clasifica a esta actividad predominantemente como agricultura familiar campesina.
Aunque reconoció que el gobierno del presidente Daniel Noboa mantiene “muy bien” la agricultura de exportación, Leonardo Escobar fue enfático al señalar que las más de 700.000 Unidades Productivas Agropecuarias (UPA) que conforman la agricultura familiar necesitan atención urgente y de fondo. “No tractores, no camionetas; de fondo se requiere un censo agropecuario, no hay uno desde el año 2000. No hay agenda agropecuaria desde el año 2005”, sentenció.
Gestión, innovación y cambio climático
Recordando su paso por el Ministerio, Leonardo Escobar mencionó hitos como la gestión de fondos no reembolsables por 48 millones de dólares desde Europa y la importación de urea a precios accesibles gracias a convenios con Japón. Contrastó esa gestión con las necesidades actuales frente al cambio climático global, que también golpea al agro ecuatoriano.
“¿Qué es lo que falta? Innovación, tecnología, buena semilla, créditos inmediatos”, enumeró. Para avanzar, Leonardo Escobar insiste en la creación de un consejo científico dentro del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIAP), que permita tecnificar los procesos y asegurar que Ecuador no solo mantenga su liderazgo por inercia histórica, sino por eficiencia y adaptación a los nuevos tiempos.