La práctica de los padres de compartir todo sobre la vida de sus hijos en redes sociales tiene nombre propio: ‘sharenting’ (compartir). Aunque no es nueva, su impacto en la vida de los menores es profundo, hasta el punto de que la huella digital comienza prácticamente desde su nacimiento, con el 81 por ciento de los bebés ya presentes en internet antes de cumplir seis meses.
Presencia infantil en redes sociales es preocupante
El ‘sharenting’ es en la actualidad una práctica extendida. Estudios europeos, como el EU Kids Online, confirman que aproximadamente un 89 por ciento de las familias publica contenido sobre sus hijos sin solicitar su consentimiento ni tener plena conciencia de las implicaciones legales, psicológicas y de seguridad asociadas.
La situación es particularmente preocupante cuando las imágenes de los menores se utilizan con fines comerciales, como ocurre en perfiles de creadores de contenido que monetizan la presencia digital de los niños.
Según un análisis de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), aproximadamente el 81 por ciento de los bebés tiene presencia en la red antes de cumplir seis meses, lo que evidencia que la huella digital se inicia de manera muy temprana.
A ello se suman informes oficiales que señalan, además, que alrededor del 72 por ciento del material incautado en operaciones policiales contra delitos de abuso y explotación infantil proviene de imágenes compartidas originalmente en contextos familiares, muchas de ellas sin intención sexual.
“Estos datos demuestran la urgencia de contar con un marco legal que reconozca a los menores como sujetos plenos de derechos digitales. Es fundamental que puedan decidir, en la medida de su desarrollo, sobre su presencia en internet y que las familias comprendan los riesgos de la sobreexposición desde los primeros meses de vida“, destacó la coordinadora del proyecto ‘Crecer en un mundo de pantallas’ de Somos Conexión, Idoia Miranda, en una nota de prensa.
Efectos sobre el bienestar emocional
Según el Ministerio de Juventud e Infancia de España, la sobreexposición temprana en internet puede tener efectos significativos en el bienestar emocional de los menores. Estos incluyen ansiedad, estrés y pérdida de control sobre su propia identidad digital.
Ese ministerio recientemente anunció su intención de regular la exposición de niños en redes sociales por parte de sus padres, con una ley. “Esta pondrá el foco en la responsabilidad de las plataformas digitales”, según indicó la ministra Sira Rego.
Somos Conexión defiende que, además de establecer límites legales, la regulación debería ir acompañada de programas públicos de alfabetización digital dirigidos a las familias. Esto, con el objetivo de que comprendan los riesgos asociados a la sobreexposición y aprendan a gestionar la presencia digital de sus hijos.
En países de América Latina, como Ecuador, las imágenes de menores de edad se publican sin control en redes sociales. Estas pueden parecer inofensivas, pero los riesgos de su manipulación pública son enormes.
Cabe mencionar que en diversos países, como Australia, está prohibido que los menores de 16 años accedan a redes sociales. Sin embargo, no prohíben que sus padres los expongan.