La producción petrolera de Petroecuador se desplomó un 89%, alcanzando apenas 39.133 barriles diarios el sábado 12 de julio. Esto frente a los 369.598 barriles reportados el 1 de julio, según el último informe de la empresa estatal. La drástica caída se debe a la paralización de los oleoductos Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) desde el 1 de julio.
Estas suspensiones se dieron por las fuertes lluvias y la erosión regresiva del río Coca en la provincia amazónica de Napo. La suspensión de ambos oleoductos, que transportan el crudo desde los campos petroleros de la Amazonía ecuatoriana, obligó a Petroecuador a apagar sus principales pozos. Esto se dio por la falta de capacidad de almacenamiento.
Producción petrolera de Petroecuador al mínimo
La empresa, responsable del 80% de la producción petrolera del país, enfrenta una crisis que ha llevado a la suspensión de las exportaciones de crudo. Es un pilar clave de la economía ecuatoriana. Las petroleras privadas también reportan caídas en su producción, aunque los datos actualizados al 13 de julio aún no están disponibles.
El informe detalla que los problemas comenzaron cuando las intensas lluvias en Napo y la erosión del río Coca generaron riesgos de rotura en los oleoductos, forzando su cierre preventivo. Esta situación ha limitado el transporte de crudo desde los bloques petroleros amazónicos. Aquello dejó a Petroecuador sin opciones para almacenar el petróleo extraído.
No hay fecha de reactivación de los oleoductos
Como resultado, la producción petrolera de Petroecuador se redujo a casi el 10% de su capacidad habitual, afectando significativamente los ingresos fiscales del país. El sector petrolero ecuatoriano, que representa una de las principales fuentes de divisas, enfrenta ahora un escenario crítico. Las autoridades aún no han anunciado una fecha para la reactivación de los oleoductos. Sin embargo, los equipos técnicos evalúan los daños causados por las condiciones climáticas.
Organizaciones ambientales han advertido sobre los riesgos de operar en zonas vulnerables a la erosión, instando a medidas de mitigación a largo plazo. La paralización de SOTE y OCP, combinada con la caída de la producción, podría agravar los desafíos económicos de Ecuador. Petroecuador ha señalado que trabaja en soluciones para reanudar operaciones, pero la incertidumbre persiste.