Doce personas murieron y más de 26.000 resultaron afectadas por las fuertes lluvias que han azotado en los últimos días varias regiones de Honduras. Esto fue confirmado este miércoles por las autoridades locales en Honduras. Al menos 68 comunidades de seis departamentos han quedado aisladas. Mientras, las precipitaciones comienzan a disminuir en intensidad. Así lo informó el Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos).
Daños humanos y materiales por lluvias intensas
El Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Copeco) confirmó que las lluvias torrenciales en Honduras han provocado aludes, desbordamientos de ríos y deslizamientos de tierra. Estos fenómenos han afectado directamente a más de 26.000 personas en distintas zonas del país.
Además de los doce fallecidos, hay múltiples reportes de personas desplazadas, viviendas dañadas y vías de comunicación interrumpidas, especialmente en áreas rurales de difícil acceso. Las autoridades de socorro y los equipos de rescate continúan trabajando para asistir a las comunidades aisladas en Honduras.
Un total de 68 comunidades en seis departamentos quedaron incomunicadas, lo que ha dificultado el envío de ayuda humanitaria. Hasta el momento, la mayoría de los daños se concentran en el sur y occidente del país.
Disminución de lluvias y actualización de alertas
De acuerdo con el Cenaos, las precipitaciones comenzaron a reducirse desde este miércoles y se espera que se mantengan en descenso durante los próximos días. Las lluvias se concentrarán principalmente en las zonas fronterizas con El Salvador, sin superar los 50 milímetros por metro cuadrado.
Ante este pronóstico, Copeco decidió rebajar el nivel de alerta en varias regiones de Honduras. No obstante, el Distrito Central, donde se encuentra la capital Tegucigalpa, permanece bajo alerta roja. Esto se debe a la alta vulnerabilidad de la zona y la posibilidad de nuevos deslizamientos.
Otros nueve departamentos se mantienen bajo alerta amarilla. Entre ellos están Choluteca, Valle, Comayagua, La Paz, Intibucá, Lempira, Ocotepeque, El Paraíso y Francisco Morazán. Esto fue detallado por el diario local La Prensa, confirmando las afectaciones en Honduras.
Preparativos y monitoreo ante riesgos persistentes
Las autoridades de Honduras han recomendado a la población mantener precauciones en zonas de alto riesgo, especialmente en áreas montañosas, cauces de ríos y quebradas. Se ha solicitado a los gobiernos municipales que refuercen los sistemas de alerta temprana y mantengan habilitados los albergues temporales para las personas desplazadas.
Organismos como el Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja Hondureña y la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) continúan desplegados en los departamentos más afectados de Honduras. Se mantiene un monitoreo constante de las condiciones meteorológicas y del nivel de los ríos.
El gobierno hondureño, a través de Copeco, hizo un llamado a los medios de comunicación y a la ciudadanía a informarse únicamente por canales oficiales. Esto es para evitar la circulación de información no verificada.
Contexto climático y vulnerabilidad estructural
Honduras enfrenta cada año la temporada lluviosa entre mayo y noviembre. Durante este periodo se incrementa el riesgo de inundaciones y deslizamientos. El riesgo es especialmente alto en zonas con infraestructura débil y escaso acceso a servicios básicos.
El país ha sido históricamente vulnerable a eventos climáticos extremos. La combinación de lluvias intensas, urbanización no planificada y deforestación incrementa el impacto de este tipo de fenómenos naturales en Honduras.
Aunque las lluvias comienzan a disminuir, la situación en Honduras sigue siendo crítica. Muchas familias han perdido sus hogares o permanecen incomunicadas en zonas rurales. Las autoridades mantienen la vigilancia y reiteran el llamado a la prevención y preparación comunitaria.