Un usuario de Windows, Lawrence Klein, interpuso una demanda contra Microsoft, desafiando la decisión de la compañía de suspender el soporte gratuito para Windows 10 a partir del próximo 14 de octubre. El demandante argumenta que esta medida dejará obsoletos a millones de dispositivos, exponiéndolos a graves riesgos de seguridad. Además, esta acción obliga a los usuarios a comprar nuevos equipos o, en su defecto, a pagar por costosas actualizaciones.
El corazón de su reclamo se centra en que la empresa empuja a sus clientes a adoptar Windows 11 para dominar el mercado de IA generativa.
Klein afirma directamente que la demanda contra Microsoft responde al objetivo de la compañía de impulsar a los usuarios a Windows 11. El gigante tecnológico busca así dominar el mercado de IA generativa, especialmente con herramientas como Copilot.
Esta estrategia deja de lado a millones de usuarios que aún operan perfectamente con Windows 10, generando un gran descontento entre la comunidad.
Medidas solicitadas en la demanda contra Microsoft
El demandante no busca una compensación económica personal. En cambio, su demanda contra Microsoft exige a la compañía continuar brindando soporte gratuito para Windows 10. El soporte debería seguir hasta que menos del 10% de los usuarios de Windows permanezcan en esa versión.
También pide que Microsoft cese la publicidad engañosa, explique claramente las consecuencias de descontinuar Windows 10 y ofrezca opciones de seguridad alternativas para quienes deseen seguir usando la versión anterior.
La demanda contra Microsoft resalta que más del 50 % de los usuarios globales de Windows usaban Windows 10 hasta hace poco. Windows 11 recién lo superó en popularidad. Además, se estima que alrededor de 240 millones de dispositivos no pueden actualizar a Windows 11 debido a limitaciones de hardware como TPM 2.0. Esta situación podría generar un volumen de residuos electrónicos equivalente a un montón más alto que la distancia a la Luna, una preocupación ambiental significativa.
Seguridad y por qué los usuarios no migran
Más allá del impacto ambiental, la denuncia contra Microsoft enfatiza el grave riesgo de seguridad. Una vez que el soporte termine, muchos equipos seguirán activos sin recibir actualizaciones, lo cual los hace vulnerables a ataques y brechas. Esta exposición de seguridad incluso podría afectar a terceros que no utilicen productos de la compañía tecnológica.
La razón detrás de la resistencia a la migración es compleja. Microsoft históricamente daba un período de 7 a 8 años para la transición, pero esta vez el lapso fue de apenas cuatro años. La demanda contra Microsoft también señala que los altos requisitos de hardware de Windows 11 limitan a una gran parte del mercado. Aunque Microsoft ofrece una extensión de soporte a $30 al año, muchos usuarios no quieren vincular su equipo a una cuenta o simplemente prefieren quedarse con el sistema operativo que ya conocen y dominan.