El Real Madrid sufrió otra jornada amarga en el Santiago Bernabéu al caer 1-2 frente al Manchester City, un resultado que acentúa la fragilidad del proyecto dirigido por Xabi Alonso. El equipo blanco arrancó con ímpetu, mostró ritmo ofensivo en los primeros minutos y encontró un gol temprano que prometía una velada distinta, pero terminó expuesto ante un City pragmático, eficaz y capaz de gestionar cada tramo del encuentro.
Rodrygo abrió la cuenta con un disparo cruzado tras un contragolpe bien ejecutado. El brasileño rompió una larga sequía anotadora y encendió al estadio. El impulso inicial, sin embargo, se esfumó rápido.
El City creció con balón, estabilizó sus líneas y comenzó a castigar cada desajuste defensivo del rival. La igualdad llegó después de un córner mal defendido por los locales. Thibaut Courtois rechazó un cabezazo de Josko Gvardiol, pero el rebote cayó a los pies de Nico O’Reilly, que definió sin oposición para firmar el 1-1 y enfriar el ambiente.
Madrid agudiza su crisis
El golpe desordenó al Madrid. El equipo perdió claridad en salida, retrocedió metros y quedó expuesto a la presión inglesa. En ese contexto, un error de Antonio Rüdiger abrió la puerta al segundo tanto visitante. El defensor abrazó de forma innecesaria a Erling Haaland dentro del área y Clément Turpin decretó penalti tras revisar la acción. El noruego ejecutó con frialdad y el City se marchó al descanso con la remontada consumada.
Courtois sostuvo a los blancos en la segunda parte. El belga ofreció una actuación soberbia y evitó un marcador más amplio. Jérémy Doku, Rayan Cherki y Haaland explotaron los espacios, pero se toparon una y otra vez con el guardameta madridista, que mantuvo vivo a un equipo cada vez más roto y obligado a atacar sin estructura.
La ocasión más clara del Madrid en la segunda mitad llegó en los pies de Jude Bellingham. El inglés quedó mano a mano con Gianluigi Donnarumma y definió con un toque sutil, pero el balón se marchó por encima del larguero. La respuesta del City fue inmediata y obligó nuevamente a Courtois a intervenir para impedir una caída más dura.
El Bernabéu, inquieto y tenso, empujó en el tramo final. La entrada de Endrick añadió energía a la ofensiva local. Vinícius dispuso de una ocasión a la salida de un córner y más tarde conectó un cabezazo que terminó desviado por centímetros. El empate nunca llegó.
La derrota deja al Real Madrid en una situación incómoda y con más preguntas que respuestas. El City, en cambio, se afianza en la parte alta del grupo y demuestra que, aun sin la brillantez de otros ciclos, mantiene la jerarquía para resolver noches complejas con eficacia y orden competitivo.