El Chelsea respiró en Stamford Bridge. Con sufrimiento y sin mostrar su mejor versión, el conjunto inglés venció 1-0 al Benfica en la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League. El ecuatoriano Moisés Caicedo, quien había estado en duda en la previa, arrancó de titular y disputó los noventa minutos, cumpliendo una labor destacada en el mediocampo. Fue su primera victoria en el torneo más importante de clubes europeos.
El duelo tuvo un condimento especial: significó el reencuentro de los Blues con su afición tras la dura caída en Alemania frente al Bayern Múnich, y además marcó el regreso de José Mourinho, ahora entrenador del conjunto portugués.
Benfica asfixiaba al Chelsea
Desde el arranque, Benfica se mostró más ordenado y peligroso. Aprovechó los costados para atacar con insistencia y generó las ocasiones más claras. Chelsea, en cambio, sufría para sostener la posesión y apenas encontraba espacios para elaborar juego. El arquero Robert Sánchez y los postes fueron claves para evitar la caída de la portería local.
El único tanto del encuentro llegó temprano, a los 19 minutos, y con fortuna para los londinenses. Pedro Neto desbordó por derecha y lanzó un centro pasado que fue conectado por Alejandro Garnacho. El balón se desvió en Richard Ríos, quien intentó despejar, y terminó en su propia portería. Un autogol que definió el destino del partido.
Lejos de mejorar tras la ventaja, Chelsea siguió sin claridad. Benfica no se desordenó y continuó dominando en varios tramos, con llegadas de peligro como el remate de Dodi Lukebakio que obligó a la reacción de Sánchez y la ayuda del palo. Los visitantes merecieron más, pero carecieron de precisión en el último toque.
Moi y su buen papel de siempre
En medio del asedio, Caicedo se convirtió en pieza fundamental. Su despliegue físico, velocidad y capacidad para recuperar balones dieron oxígeno a un equipo que resistía más de lo que proponía. El ecuatoriano mostró personalidad en un escenario de presión, ganando duelos en el medio y siendo clave para cortar avances rivales.
La segunda mitad no cambió demasiado. Benfica siguió intentando, pero el muro defensivo inglés resistió. Chelsea, mientras tanto, se aferró al 1-0 y celebró al final un triunfo sufrido pero vital en sus aspiraciones de clasificar a los octavos de final.
Para Moisés Caicedo, el duelo representó mucho más que tres puntos. Fue su estreno victorioso en Champions, un dato más para su carrera y una señal de que está listo para ser determinante en la élite.