En la provincia de Napo, la erosión regresiva en el río Coca avanza sin pausa. Según el último informe de la Comisión Ejecutora Río Coca, creada por la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), el frente erosivo está a solo 3,6 kilómetros de la toma de agua de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair. Esta infraestructura, que genera cerca del 25% de la energía eléctrica del país, enfrenta un riesgo creciente debido a las condiciones del río.
En julio, lluvias intensas elevaron el caudal del río a 723 metros cúbicos por segundo, un nivel histórico. Esto provocó una erosión lateral significativa, especialmente en la margen izquierda, donde el terreno perdió hasta cuatro metros de altura. Desde el 1 de agosto, el frente erosivo se acelera, aproximándose a la central. A pesar de ello, el sábado pasado, la hidroeléctrica generó un promedio de 1.100 megavatios, según datos oficiales.
Obras de protección en curso
El Ministerio de Energía ejecuta esfuerzos en un intento de proteger la central. Con la asesoría del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, se ejecutan obras temporales y permanentes. Entre las principales intervenciones destaca una estructura subterránea de 279 pilotes, ubicada a 1,2 kilómetros de la toma de agua. Finalizada en 2023, esta barrera busca frenar el avance de la erosión.
📰NOTICIA | Gobierno de #ElNuevoEcuador protege Coca Codo Sinclair frente a la erosión regresiva del río Coca.➡️https://t.co/B1h06gGC0i pic.twitter.com/irdJFFSwEU
— Corporación Eléctrica del Ecuador🇪🇨 (@CELECEPOficial) August 15, 2025
Además, se construye un dique permeable en el kilómetro 7,8, con un avance del 60%. Esta obra amplía el cauce del río para reducir la fuerza del agua. También se realizan estudios técnicos para un vertedero escalonado y la reorientación del caudal en los kilómetros 3 y 9. Entre las medidas temporales están muros de rocas, estabilización de taludes y desvíos parciales del río.
La central permanece operativa
A pesar de la amenaza, la Comisión Ejecutora asegura que la central permanece operativa. La captación de agua y la generación eléctrica no presentan problemas. En agosto, los caudales del río disminuyeron a un promedio de 250 metros cúbicos por segundo, lo que alivia la presión sobre la infraestructura. Sin embargo, el informe destaca la urgencia de acelerar las obras planificadas y completar las que están en ejecución.
Aún no se define un cronograma para finalizar las intervenciones. La falta de plazos concretos genera incertidumbre sobre la capacidad de las obras para contrarrestar el avance de la erosión. La central Coca Codo Sinclair, una de las mayores inversiones en infraestructura energética del país, sigue en el centro de la atención mientras el río Coca continúa su proceso destructivo.
Antecedentes
El pasado lunes 7 de julio de 2025, se tomó la medida de paralizar por segunda vez en menos de una semana el transporte de crudo en el sector del kilómetro 100, parroquia Gonzalo Díaz de Pineda. Esto debido al avance de la erosión regresiva en el río Coca y sus afluentes, que provocó un deslizamiento de tierra y dejó expuestas las tuberías de los oleoductos OCP, SOTE y los poliductos.
La paralización de operaciones tiene un fuerte impacto económico. Según Petroecuador, cada interrupción detiene el transporte de unos 390.000 barriles de crudo diarios, considerando la capacidad combinada del SOTE y el OCP. Esto no solo afecta las exportaciones, sino que fuerza el cierre gradual de pozos en la Amazonía cuando los tanques de almacenamiento alcanzan su límite.
Desde que la erosión regresiva se intensificó en 2020, el gobierno ecuatoriano ha invertido más de 50 millones de dólares en variantes y arreglos temporales. Estos bypasses son medidas provisionales para evitar tramos vulnerables del ducto. Sin embargo, especialistas señalan que estas soluciones son costosas y no atacan la causa del problema, ya que el río ha mostrado un comportamiento agresivo, con avances de hasta 900 metros en una semana en eventos anteriores.