El Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín (HCAM) ha marcado un hito en la historia de la salud pública de Ecuador al realizar con éxito el primer explante de riñón de un donante vivo mediante cirugía robótica. Este avance, logrado en el marco del curso taller «Innovación en cirugía robótica hepatobilipancreática y trasplante», no solo posiciona al HCAM como un centro de referencia nacional, sino que también abre nuevas y prometedoras posibilidades para los programas de trasplante en el país.
La implementación de la cirugía robótica en este tipo de procedimientos representa un cambio de paradigma. A diferencia de una cirugía abierta convencional, donde un donante vivo de riñón permanece hospitalizado entre 4 y 5 días, esta técnica de mínima invasión permite una recuperación mucho más rápida. El paciente es dado de alta en tan solo 24 horas y puede retomar sus actividades normales en aproximadamente una semana, lo que reduce significativamente el impacto físico y emocional del proceso.
¿Cómo funciona la cirugía robótica?
La cirugía robótica no implica que un robot opere de forma autónoma. Se trata de una técnica avanzada en la que un cirujano altamente capacitado manipula los instrumentos desde una consola ergonómica, la cual traduce sus movimientos en tiempo real a los brazos de un robot.
Estos sistemas, como el sofisticado robot Da Vinci, están equipados con instrumentos quirúrgicos miniaturizados y una cámara 3D de alta definición. Esto proporciona al cirujano una visión ampliada y tridimensional del campo operatorio, permitiendo una precisión, destreza y control que superan las capacidades de la mano humana. La técnica minimiza el trauma en los tejidos, reduce la pérdida de sangre y disminuye el riesgo de complicaciones postoperatorias.
Aplicaciones y el futuro del trasplante en Ecuador
Aunque este primer explante es un hito, la cirugía robótica se utiliza con éxito en diversas especialidades. Generalmente, se aplica en procedimientos complejos de urología (como la prostatectomía radical), ginecología (histerectomías) y cirugía general (reparación de hernias, cirugía colorrectal).
Para Rocío Quisiguiña, coordinadora general de Docencia del HCAM, este avance tiene un impacto profundo. «El plus es entregar un órgano vital de forma más rápida, segura y con menos complicaciones», destacó. Según la experta, esta mejora en la experiencia del donante es crucial, ya que «a largo plazo, incentiva el número de donantes vivos y mejora el acceso a trasplantes» para quienes lo necesitan.
Este logro, posible gracias a un equipo multidisciplinario y el acompañamiento de expertos nacionales e internacionales, reafirma el compromiso del HCAM con la innovación médica y la atención de excelencia, consolidando la cirugía robótica como una herramienta fundamental para el futuro de la medicina en Ecuador.