María Corina Machado, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, abandonó la ciudad de Oslo, Noruega, y recibe tratamiento especializado por una fractura de vértebra ocurrida durante su salida clandestina de Venezuela.
El anuncio fue realizado por Pedro Urruchurtu, coordinador internacional del partido Vente Venezuela, a través de un comunicado en la red social X.
María Corina Machado está “bien”
Según Urruchurtu, la líder de la oposición venezolana está en bue estado y asiste a citas médicas con un especialista. Sin embargo, no se proporcionaron detalles sobre la ubicación actual de la dirigente, quien viajó a Noruega para recibir el galardón el pasado 10 de diciembre.
“María Corina Machado se encuentra bien y durante estos días está atendiendo citas médicas con un especialista en función de su pronta y total recuperación”, indicó Urruchurtu. Agregó que el objetivo es lograr su “pronta y total” recuperación.
Detalles del incidente médico
El pasado lunes, el diario noruego Aftenposten informó que Machado sufrió la fractura durante su traslado a Oslo. El medio indicó que la lesión ocurrió en un tramo marítimo de su huida de Venezuela.
Machado fue examinada en el Hospital Universitario de Ullevål en Oslo, donde los médicos detectaron varias lesiones, incluida la fractura vertebral. Fuentes médicas citadas por el periódico vincularon el cuadro a condiciones físicas extremas durante el viaje.
El equipo de Machado, incluyendo a Magalli Meda, jefa del Comando Con Venezuela, corroboró la información sobre la lesión.
Así fue la travesía de María Corina Machado
María Corina Machado abandonó Venezuela en una operación clandestina para llegar a Oslo. Partió desde las afueras de Caracas disfrazada con peluca, evadiendo hasta diez controles militares por vía terrestre hasta un pueblo pesquero en la costa caribeña.
Allí abordó una pequeña lancha pesquera que navegó aproximadamente doce horas en condiciones adversas —con fuertes vientos, oleaje intenso y horas a la deriva tras perder un GPS— hacia la isla neerlandesa de Curazao.
En Curazao permaneció brevemente antes de tomar un jet privado que la trasladó a Noruega, con apoyo logístico de una organización estadounidense de veteranos. La operación, planificada en secreto, permitió su llegada a Oslo el 11 de diciembre de 2025, aunque no a tiempo para la ceremonia del Nobel.