En Quito, desde este martes 19 de agosto, el barrio La Pradera se libera de 8 kilómetros de cables aéreos, en un proyecto de soterramiento que busca seguridad, orden y modernización.
Retiro de cables aéreos en Quito
Durante años, los vecinos de La Pradera convivieron con los llamados “tallarines” de cables aéreos que enredaban las calles y afectaban la imagen del sector. Ahora bien, tras un proceso de canalización subterránea, esos cables desaparecen, liberando el espacio público y devolviendo un entorno más atractivo.
En este contexto, representantes académicos y comunitarios destacan la importancia de la obra. “Este proyecto beneficia al desarrollo urbanístico y económico, mejora la estética de los barrios, da seguridad y potencia el turismo al mostrar una ciudad más moderna”, indicó Kathiana Homayden, de la Universidad Técnica Particular de Loja.
Asimismo, el retiro de cables aéreos protege a los árboles patrimoniales que durante años quedaron atrapados entre las redes. Comerciantes locales aseguran que la visibilidad de los negocios mejorará significativamente. “Nuestros clientes podrán apreciar mejor los establecimientos y el barrio se ve más limpio”, afirmó David Ramos, trabajador de una cervecería artesanal.
Operativo y zonas de intervención
Por otra parte, el retiro de los cables iniciará en el perímetro comprendido entre las avenidas Eloy Alfaro, República, 6 de Diciembre y Shyris, además de calles internas como Andrade Marín, Antonio Navarro y Diego de Almagro.
En este punto, los operativos arrancarán en la av. República y Eloy Alfaro, avanzando progresivamente hacia la 6 de Diciembre y Shyris. De este modo, se garantizará la movilidad mediante cierres parciales con el fin de mantener al menos un carril habilitado.
Al mismo tiempo, se utilizará maquinaria pesada y personal especializado para desmontar los cables, mientras los ductos subterráneos ya instalados recibirán las redes de telecomunicaciones.
Avances de la administración
En lo que respecta al progreso municipal, en lo que va de la actual administración se han completado 26 kilómetros de soterramiento, un avance importante frente a los 45 km ejecutados en la década anterior. Con ello, la meta es alcanzar los 100 kilómetros al finalizar el período.
Del mismo modo, además de La Pradera, la Alcaldía desarrolla proyectos similares en sectores como av. Rodrigo de Chávez, av. Ajaví, polígono Cusubamba–Solanda, La Delicia–Cotocollao, av. El Inca, av. 6 de Diciembre, av. Patria, Colón y Calderón.
En consecuencia, estas intervenciones forman parte de un plan integral para transformar el paisaje urbano de Quito y reforzar la seguridad de peatones y conductores.
Impacto social y urbano del soterramiento de cables en La Pradera
Finalmente, el retiro de cables trae múltiples beneficios. Entre ellos, la reducción de riesgos eléctricos, una mejor iluminación en las calles y la posibilidad de desarrollar actividades comunitarias en espacios más ordenados.
Además, los vecinos destacan que la obra representa también un impulso económico. “Una ciudad moderna atrae más visitantes y permite que los negocios prosperen”, señaló un comerciante de la zona.
En conclusión, la obra no solo responde a una necesidad estética, sino a un proceso de modernización tecnológica y de seguridad urbana. Con el soterramiento de redes, Quito se alinea a estándares internacionales de ciudades con infraestructura moderna.