Las disidencias de las FARC comandadas por Nester Vera Fernández, alias ‘Iván Mordisco’, anunciaron un alto el fuego temporal en Colombia con motivo de las festividades de Navidad y Año Nuevo. La tregua estará vigente entre el 23 de diciembre de 2025 y el 7 de enero de 2026.
El grupo armado informó que durante ese período no ejecutará operaciones contra las fuerzas de seguridad del Estado. La decisión, según el comunicado, busca reducir los riesgos para la población civil en una de las épocas más sensibles del calendario nacional.
La organización justificó la medida como un gesto para que las familias de Colombia puedan reunirse sin el temor permanente que impone la confrontación armada. Sin embargo, dejó claro que la pausa no implica un abandono de su agenda política ni militar. Tras la tregua, el Estado Mayor Central prevé retomar sus acciones.
Colombia vive en conflicto
El anuncio se produce luego de varias reuniones internas en las que se definieron ajustes en la estructura de los bloques que responden a ‘Iván Mordisco’, tras la ruptura con el sector liderado por ‘Calarcá’. La disidencia de Colombia reafirmó su intención de continuar la denominada “lucha revolucionaria”.
A pesar del cese temporal, el grupo advirtió que se reserva el derecho a responder ante eventuales operativos militares. Esa condición marca los límites de una tregua que no está acompañada de un proceso formal de diálogo con el Gobierno. La decisión coincide con anuncios similares de otros actores armados.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) confirmó un alto el fuego entre el 24 de diciembre de 2025 y el 3 de enero de 2026. La guerrilla explicó que la medida responde a las celebraciones de Navidad y fin de año. Por su parte, la disidencia liderada por Alexander Díaz Mendoza, conocido como ‘Calarcá’, comunicó un cese indefinido de hostilidades. Este grupo mantiene contactos preliminares con el Ejecutivo colombiano.
También en este caso se subrayó el derecho a la defensa. El Gobierno de Colombia reiteró que las Fuerzas Armadas mantendrán sus operaciones contra los grupos armados ilegales. La postura oficial sostiene que las treguas unilaterales no alteran la estrategia de seguridad ni el control territorial del Estado.