Una clasificación histórica para un país pequeño

Cabo Verde, apodado los «Tiburones Azules», logró imponerse con autoridad en el Grupo D de las eliminatorias africanas, sumando 23 puntos para dejar en el segundo lugar a selecciones potentes como Camerún, que terminó con 19 unidades. El partido definitivo contra Esuatini, jugado en el Estadio Nacional de Praia, concluyó 3-0 en favor de los locales con goles de Dailon Livramento, Willy Semedo y el veterano Ianique Stopira.
Aunque el marcador pudo parecer cómodo al final del encuentro, el inicio fue complicado para los caboverdianos, que enfrentaron un bloque defensivo sólido de Esuatini y a un arquero destacado. Sin embargo, la efectividad y el talento propios dieron frutos en la segunda mitad.
Ianique Stopira: el ícono de esta gesta
Ianique Stopira, defensor de 37 años y uno de los primeros futbolistas profesionales del país, es una figura emblemática para Cabo Verde. Tras jugar 17 años en la selección y anotar apenas 4 goles, decidió regresar en 2023 para liderar al equipo en su ambición histórica.
En el partido decisivo anotó su cuarto gol, desatando la emoción máxima en sus compañeros y hinchas, que lo consideran un ídolo comparable a figuras mundiales. En Praia, miles celebraron envueltos en las banderas azul, roja y amarilla mientras Ryan Mendes, capitán del equipo, dedicaba el logro a toda la nación.
Un archipiélago volcánico con alma futbolera
Cabo Verde está compuesto por diez islas volcánicas situadas a unos 600 km de la costa de Senegal. Nueve de ellas son habitadas, y poseen identidades culturales diversas. Algunas, como Sal y Boa Vista, destacan como destinos turísticos por sus playas y clima favorable.
Con apenas 4,033 km² y más de 500,000 habitantes, Cabo Verde es el país más pequeño en territorio y población en clasificar a un Mundial, superando el récord de Islandia (103,000 km²) que participó en 2018.
De colonia portuguesa a nación con identidad propia
El país obtuvo su independencia de Portugal en 1975. Su idioma oficial es el portugués, aunque el criollo caboverdiano, mezcla de portugués y lenguas africanas, domina la vida cotidiana. La bandera adoptada en 1992 refleja la identidad nacional con sus diez estrellas que representan las islas y colores que simbolizan el mar y la perseverancia del pueblo.
Una selección construida entre Europa y África
La mayoría de los jugadores provienen de la dispersión de jugadores caboverdiana en Europa, nacidos en Francia, Portugal o Países Bajos, combinando técnica europea con la fuerza africana. Figuras como Ryan Mendes y Garry Rodrigues son estandartes del equipo.
Bajo la dirección de Pedro Brito “Bubista”, exdefensor y símbolo nacional, el equipo mostró fortaleza y equilibrio, ganando cinco de sus ocho partidos en la fase final de clasificación, sorprendiendo al continente y a las potencias históricas.
El impacto social y simbólico
Más allá del deporte, esta clasificación es un emblema de esperanza y unidad para una nación joven con raíces emigrantes. La diáspora caboverdiana es mayor en número que la población local. La celebración masiva en Praia, con feriado nacional decretado, reflejó el orgullo colectivo bajo el lema “10 islas, una nación, un sueño”.
Miles salieron a las calles a festejar con bailes, lágrimas y bocinas, demostrando que este triunfo tiene un valor profundo para la identidad nacional.
Cabo Verde en el Mundial: un sueño hecho realidad
El Mundial 2026, con su formato ampliado a 48 selecciones, permitió que países pequeños como Cabo Verde lleguen al torneo más grande del fútbol. El reto ahora será competir ante las grandes potencias y mostrar el talento y la historia que los llevó hasta allí.
Este debut es la materialización de un proyecto deportivo sostenido y la perseverancia de un pueblo, que combina esfuerzo, identidad y talento para entrar a la cima del fútbol mundial.