Durante la Navidad, expertos en psicología infantil y educación recomiendan moderar la cantidad y el valor de los regalos para niños, a fin de evitar efectos negativos en su desarrollo emocional y social.
La Navidad es una de las épocas más esperadas por los niños, asociada a ilusión, celebraciones familiares y regalos. Sin embargo, especialistas en desarrollo infantil coinciden en que excederse en la cantidad o el costo de los obsequios puede generar efectos no deseados en la conducta y las expectativas de los menores.
Psicólogos infantiles y pedagogos señalan que el problema no es el regalo en sí, sino el exceso. Cuando un niño recibe demasiados juguetes o artículos de alto valor en un corto periodo, puede perder la capacidad de valorar cada objeto, disminuir su tolerancia a la frustración y asociar las celebraciones únicamente con el consumo.
Diversos estudios en educación emocional indican que los niños pequeños tienden a sobrestimularse ante una gran cantidad de regalos. Esto se traduce en dificultad para concentrarse, menor disfrute prolongado de los juguetes y una rápida sensación de aburrimiento. En lugar de jugar con lo recibido, pasan de un objeto a otro sin profundizar en la experiencia.
El valor simbólico de los regalos
Los especialistas destacan que, en la infancia, el regalo cumple una función simbólica más que material. Representa afecto, reconocimiento y vínculo familiar. Cuando el énfasis se pone únicamente en el precio o en la cantidad, ese valor simbólico se diluye.
Según expertos en crianza, recibir pocos regalos bien elegidos permite que el niño desarrolle mayor apego y cuidado hacia sus pertenencias. También favorece la creatividad, ya que el menor explora con más profundidad las posibilidades de cada objeto, en lugar de abandonarlo rápidamente por otro nuevo.
Además, el exceso de regalos puede generar expectativas irreales. Si cada Navidad implica obsequios costosos, el niño puede asumir ese nivel de consumo como normal, lo que dificulta la comprensión de límites económicos y del esfuerzo que implica adquirir bienes materiales.
Presión social y consumo en Navidad
Uno de los factores que influye en el exceso de regalos es la presión social y comercial propia de las fiestas. Publicidad, redes sociales y comparaciones entre familias pueden llevar a los adultos a sentir que “no es suficiente” regalar poco.
Sin embargo, educadores recuerdan que los niños no necesitan grandes gastos para disfrutar de la Navidad. Actividades compartidas, tiempo en familia y tradiciones tienen un impacto emocional más duradero que los objetos materiales. La sobrecarga de regalos, en cambio, puede generar ansiedad o conductas de demanda constante.
En contextos donde hay varios adultos regalando —padres, abuelos, tíos— el número de obsequios puede multiplicarse sin coordinación. Por ello, se recomienda acordar previamente una cantidad razonable para evitar excesos involuntarios.
Recomendaciones de especialistas
Entre las pautas más citadas por expertos se encuentra la regla de priorizar calidad sobre cantidad. Un regalo acorde a la edad, intereses y etapa de desarrollo del niño suele ser más beneficioso que varios objetos sin un propósito claro.
También se sugiere incluir regalos no materiales, como libros, juegos de mesa, experiencias culturales o deportivas. Estas opciones fomentan habilidades cognitivas y sociales, y suelen tener un impacto más duradero que los juguetes de uso inmediato.
Otra recomendación es espaciar el uso de los regalos. No es necesario que el niño tenga acceso a todos al mismo tiempo. Guardar algunos para días posteriores ayuda a prolongar la ilusión y reduce la sobreestimulación.
Enseñar límites y valores
La Navidad también es una oportunidad para enseñar valores como la gratitud, la empatía y la solidaridad. Involucrar a los niños en actividades solidarias, donaciones o acciones comunitarias contribuye a equilibrar el enfoque material de las fiestas.
Especialistas subrayan que poner límites claros no significa quitar ilusión, sino ordenar expectativas. Explicar de forma sencilla por qué no habrá muchos regalos o por qué se eligen opciones más sencillas ayuda al niño a comprender la realidad familiar y económica.
Finalmente, los expertos coinciden en que el recuerdo más valioso para los niños no suele ser el regalo más caro, sino las experiencias compartidas: una comida en familia, un juego juntos o una tradición que se repite cada año. Moderar los regalos permite que esos momentos ocupen el lugar central de la celebración.