La industria textil ecuatoriana registró un crecimiento del 9,7% en ventas totales hasta mayo de 2025, alcanzando los 461 millones de dólares, según datos del Servicio de Rentas Internas (SRI). A pesar de una caída del 3,3% en el consumo interno y la competencia desleal de productos importados, el sector demuestra resiliencia gracias a estrategias gremiales que promueven empleo, exportaciones y producción con valor agregado, según informó la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE).
El sector textil, que incluye confección y textiles, enfrenta un contexto complejo marcado por cambios en las preferencias de los consumidores locales y la entrada de productos importados a precios por debajo del costo. Camilo Ontaneda, presidente ejecutivo de la AITE, señaló: “No pedimos subsidios ni proteccionismo, exigimos competencia justa y legal”. Entre enero y mayo de 2025, las ventas locales cayeron en 16 millones de dólares en comparación con 2019, según el SRI, reflejando los desafíos del mercado interno.
El sector textil se ha ido recuperando
Pese a ello, el sector muestra signos de recuperación impulsados por la innovación, la inversión en calidad y un enfoque en las exportaciones. El Banco Central del Ecuador reportó que las exportaciones textiles alcanzaron los 50,7 millones de dólares entre enero y junio de 2025, con Colombia y Perú como principales destinos, y un creciente interés en mercados como la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá. Este último se perfila como un mercado prometedor gracias a los beneficios de un tratado de libre comercio. Además, las buenas relaciones bilaterales con Estados Unidos generan expectativas de un posible acuerdo comercial que potencie las exportaciones.
El impacto del sector textil trasciende las cifras económicas. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), hasta mayo de 2025, la industria generó más de 142 mil empleos directos e indirectos. Esto representa el 15,8% del empleo manufacturero del país. Provincias como Pichincha, Tungurahua, Guayas e Imbabura concentran la mayor actividad. El sector destaca por su carácter inclusivo: el 55,4% de los empleos son ocupados por mujeres, muchas de ellas madres y jefas de hogar. Ellas encuentran en esta industria una fuente de sustento y una oportunidad para revalorizar saberes artesanales, menciona Ontaneda.
Una industria que se posiciona y ofrece oportunidades a jóvenes
La industria textil también se posiciona como un motor de cohesión social, al ofrecer oportunidades a jóvenes y emprendedores. Sin embargo, enfrenta el desafío de cambiar la percepción de que los productos nacionales son más costosos. La AITE defiende que los precios reflejan un modelo de producción responsable, con condiciones laborales dignas, menor impacto ambiental y garantías para la salud del consumidor. “No competimos solo con precios, sino con principios”, subraya el gremio.
En un llamado a la ciudadanía, la AITE destacó: “Cada prenda hecha en Ecuador no solo viste: emplea, educa, preserva el medioambiente y construye un país más justo”. Al elegir productos nacionales, los consumidores contribuyen a reducir la huella de carbono asociada al transporte de mercancías importadas. Reforzando el compromiso del sector con la sostenibilidad, agregó.