Durante la residencia musical “No me quiero ir de aquí: Una más” de Bad Bunny, que culminó el pasado sábado en el Coliseo de Puerto Rico, la isla experimentó un impacto económico histórico. Se registraron más de 46,000 habitaciones de hotel reservadas y 3,642 empleos directos. Además, hubo un incremento de 5 a 7 % en el Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con un estudio de Gaither International, comisionado por el municipio de San Juan.
Impacto económico y turístico
El estudio detalla que el 55 % de los asistentes eran locales. El 39 % de Estados Unidos y el 6 % de otros países, principalmente República Dominicana, Colombia, España y México. Más de la mitad de los visitantes internacionales declararon que el concierto fue la principal motivación de su viaje. Tuvieron una estancia promedio de 8.7 noches, mientras que los locales permanecieron unas 1.5 noches.
En cuanto al alojamiento, el 33 % se hospedó en hoteles y el 20 % en alquileres a corto plazo tipo Airbnb. Además, el 47 % en casas de familiares o amigos. Este flujo turístico impulsó el consumo en restaurantes, playas, vida nocturna y recorridos por el Viejo San Juan, beneficiando a diversos sectores económicos de la isla.
Además, aerolíneas aumentaron la frecuencia de vuelos desde Estados Unidos y otros países hacia Puerto Rico. Mientras tanto, el transporte local, incluyendo Tren Urbano, Uber, taxis y Lyft, registró un notable incremento durante las noches de conciertos.
Desglose del impacto financiero
El aporte económico se distribuyó de la siguiente manera: los residentes puertorriqueños generaron aproximadamente 126 millones de dólares. Por otro lado, los visitantes de Estados Unidos aportaron 507 millones de dólares. Finalmente, los turistas de otros países, principalmente dominicanos, sumaron 80 millones de dólares.
Este desglose revela cómo la actividad cultural y musical puede convertirse en un motor de desarrollo económico. Esto beneficia tanto al sector turístico como al comercio local y al empleo formal en diversas áreas.
Experiencia extendida del concierto
La función adicional, que se convirtió en la 31ª de la residencia, fue transmitida en plazas, cines y locales de toda la isla a través de Amazon Music. Esto extendió la experiencia más allá del Coliseo y permitió que más puertorriqueños participaran del fenómeno cultural.
Esta estrategia de transmisión también fortaleció la visibilidad internacional de Puerto Rico como destino turístico y musical. Atrajo visitantes y reforzó la reputación de la isla en la industria del entretenimiento global.
Relevancia para la industria musical y el turismo
El éxito de los conciertos de Bad Bunny marca un hito en la industria musical puertorriqueña. Además, posiciona al artista como un generador de turismo y desarrollo económico.
El fenómeno demuestra que la combinación de música, cultura y turismo puede convertirse en un motor estratégico para el crecimiento económico. Además, sirve como modelo para futuras residencias de artistas y eventos de gran escala en la isla.
El impacto también evidencia la capacidad de Puerto Rico para atraer visitantes internacionales, diversificar su oferta turística. Además, generar empleo y actividad económica en sectores vinculados al ocio y la cultura.
Conclusión
Los conciertos de Bad Bunny en Puerto Rico no solo fortalecieron la industria musical. También consolidaron la isla como un destino turístico de alto impacto económico, dejando una huella histórica en empleo, reservas de alojamiento y aumento del PIB.
La residencia “No me quiero ir de aquí: Una más” se establece como uno de los eventos más relevantes de la década. Demuestra que la cultura y el entretenimiento son aliados estratégicos del desarrollo económico en Puerto Rico.