Más de 1,4 millones de ciudadanos de Haití viven actualmente desplazados dentro del país, una cifra histórica que refleja el deterioro de la seguridad y la gobernabilidad en el país caribeño. El nuevo informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) revela un aumento del 36% en comparación con finales de 2024.
La violencia de las bandas armadas y la falta de control estatal han extendido el conflicto más allá de Puerto Príncipe. Dos de cada tres nuevos desplazamientos se producen en los departamentos de Centro y Artibonito, zonas antes consideradas seguras.
En la frontera con República Dominicana, la situación también se agrava. Más de 207.000 haitianos han sido deportados este año, lo que incrementa la presión sobre comunidades locales ya sobrecargadas.
Haití vive en conflicto
El informe destaca que mujeres y niños representan más de la mitad de los desplazamientos. Muchas familias optan por enviar a sus hijos a zonas menos violentas, mientras los adultos buscan refugio en campamentos o viviendas improvisadas.
Los albergues comunitarios están desbordados: el 85% de los desplazados depende de la acogida de otras familias. En menos de un año, el número de campamentos informales creció de 142 a 238, la mayoría sin acceso a agua potable ni atención médica.
Grégoire Goodstein, jefe de la OIM en Haití, advirtió que la magnitud de la crisis exige una respuesta internacional urgente. “Se necesitan soluciones sostenibles que restauren la dignidad y generen alternativas duraderas”, señaló.
Colapso sanitario agrava la crisis
La violencia también paraliza la atención médica. Médicos Sin Fronteras (MSF) cerró definitivamente su centro de urgencias en Turgeau, en el centro de Puerto Príncipe, tras un ataque en marzo. Jean-Marc Biquet, coordinador de MSF en Haití, explicó que “el riesgo para pacientes y personal sanitario hace imposible operar con seguridad”.
MSF colabora ahora con el Ministerio de Salud en la reapertura del hospital materno Isaie Jeanty, cerrado en 2024. Sin embargo, seis de cada diez partos en la región Oeste ocurren sin asistencia médica.
Las autoridades locales alertan además de un aumento preocupante de la mortalidad materna, que pasó de 250 a 350 muertes por cada 100.000 nacidos vivos entre 2022 y 2025. La crisis en Haití, advierte la OIM, “ya no tiene fronteras ni refugios seguros”.