La importancia de establecer metas financieras en la infancia

Iniciar con objetivos pequeños permite que los menores relacionen el ahorro con un propósito claro y emocionalmente significativo.

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Educación económica: cómo enseñar a los niños a fijar objetivos de ahorro. FOTO: Inteligencia Artificial (ChatGPT).
Educación económica: cómo enseñar a los niños a fijar objetivos de ahorro. FOTO: Inteligencia Artificial (ChatGPT).

El Diario

Redacción ED.

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sebastianpencas@gmail.com

La educación económica infantil gana relevancia entre familias y especialistas, quienes coinciden en que enseñar a los niños a establecer metas financieras, como ahorrar para un juguete, un libro o una actividad especial, se ha convertido en una herramienta esencial para fortalecer la responsabilidad y la toma de decisiones desde edades tempranas.

Esta tendencia, observada en hogares, escuelas y programas comunitarios, responde a la necesidad creciente de que los menores comprendan cómo administrar recursos y enfrentar retos futuros con mayor preparación.

Metas simples para grandes aprendizajes

La pregunta central es qué debe saber un niño sobre el manejo del dinero y por qué es importante anticipar estos aprendizajes. Según la economista María Dolores Hernández iniciar con objetivos pequeños permite que los menores relacionen el ahorro con un propósito claro y emocionalmente significativo. Esa conexión facilita la constancia e integra hábitos como guardar parte de su mesada o recolectar monedas de forma voluntaria.

Establecer una meta concreta —como adquirir un juguete que desean desde hace semanas, comprar un libro para su colección o participar en una salida recreativa— ayuda a los niños a priorizar y diferenciar entre deseos inmediatos y objetivos que requieren tiempo, explica la especialista. Con ese proceso también incorporan principios básicos de economía familiar, como planificación y administración de ingresos adaptados a su edad.

Aprendizaje práctico en casa y en la escuela

En instituciones educativas, el enfoque se replica mediante proyectos como alcancías escolares, tableros de metas ilustrados y actividades que simulan compras, permiten elaborar presupuestos o calcular cuánto deben ahorrar semanalmente. Estas dinámicas refuerzan la idea de que el dinero no aparece de forma automática, sino que se administra con responsabilidad.

Hernández indica que las metas financieras infantiles cumplen una función doble: enseñan a ahorrar y fortalecen habilidades transversales útiles en la vida adulta. Entre ellas figuran la organización, la paciencia y el autocontrol. Por ello recomiendan que los padres acompañen este aprendizaje con conversaciones sobre cómo funciona la economía del hogar y por qué se planifican compras importantes.

Participación activa de los niños

La clave, según psicopedagogos, es evitar la imposición de objetivos. Los niños se comprometen más cuando eligen qué quieren lograr y cómo desean hacerlo. La visualización del progreso —como anotar lo ahorrado en una tabla o colorear un termómetro de metas— ayuda a mantener la motivación y convierte el proceso en algo comprensible y medible.

Hernández agrega que los objetivos deben ser alcanzables y ajustados a la edad. Para los más pequeños funcionan metas de corto plazo, mientras que los preadolescentes pueden enfrentar proyectos más amplios, como ahorrar para una bicicleta o una actividad extracurricular. Estas metas abren conversaciones sobre planificación y decisiones responsables.

Un escudo ante el consumo impulsivo

En el contexto actual, influido por publicidad digital y hábitos de consumo inmediato, enseñar sobre metas financieras se vuelve fundamental para fortalecer el pensamiento crítico. Diferenciar entre lo que desean y lo que realmente necesitan permite que los niños analicen ofertas y tendencias con mayor criterio.

Las familias que han incorporado estas prácticas observan que los menores comprenden mejor el valor del dinero y muestran más conciencia al gastar. Además, desarrollan una relación más saludable con el ahorro, entendiéndolo no como una obligación sino como un camino hacia objetivos que les generan entusiasmo.

Una base para su futuro económico

A largo plazo, las metas financieras infantiles se consolidan como un pilar de la formación económica básica. Ahorrar para un juguete, un libro o una actividad especial representa mucho más que alcanzar un deseo: constituye el inicio de una educación financiera que acompañará a los menores durante toda su vida.

Este proceso, según especialistas, abre puertas para que, en el futuro, los niños gestionen presupuestos, comprendan créditos, evalúen riesgos y tomen decisiones informadas. Por ello, las metas financieras no solo forman hábitos, sino también ciudadanos capaces de manejar su economía con responsabilidad y claridad.

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