Durante la temporada navideña, el árbol de Navidad iluminado se convierte en un elemento central del hogar. Sin embargo, mantener las luces encendidas por periodos prolongados puede representar riesgos eléctricos si no se toman precauciones adecuadas.
Especialistas en seguridad doméstica recomiendan que las luces del árbol permanezcan encendidas entre 4 y 6 horas continuas como máximo. Superar ese tiempo aumenta la posibilidad de sobrecalentamiento, especialmente en series antiguas o de baja calidad.
Un punto clave es apagar y desconectar las luces antes de dormir o al salir de casa. Dejar el árbol encendido durante la noche o en ausencia de personas eleva el riesgo de cortocircuitos e incendios, incluso si las luces aparentan estar en buen estado.
Tipo de luces y consumo
Las luces LED son consideradas las más seguras, ya que consumen hasta 80 % menos energía y generan menos calor que las incandescentes tradicionales. Esto reduce significativamente el riesgo de fallas eléctricas.
En cambio, las luces antiguas o incandescentes tienden a calentarse con mayor rapidez, por lo que su uso debe ser más limitado y siempre bajo supervisión.
Recomendaciones adicionales de seguridad
Entre las principales medidas preventivas se encuentran:
- Verificar que las luces cuenten con certificación de seguridad.
- Evitar conectar varias series en un solo enchufe.
- Revisar que los cables no estén pelados, rotos o recalentados.
- No colocar luces directamente sobre materiales inflamables.
- Usar temporizadores automáticos, que apagan las luces tras un tiempo determinado.
Estas acciones ayudan a reducir riesgos, especialmente en hogares con niños o mascotas.
Una Navidad más segura
Mantener los focos del árbol encendidos por lapsos controlados y apagarlos cuando no hay supervisión directa es una práctica clave para prevenir emergencias. La combinación de focos LED, revisiones periódicas y tiempos adecuados de uso permite disfrutar de la decoración navideña con mayor tranquilidad.