Luis Gilberto Bravo Álava, conocido como Lugiba, falleció el jueves 28 de agosto en Santo Domingo tras complicaciones de salud. Familiares, alumnos y amigos lo despidieron con honores.

‘Lugiba’:la trayectoria de un maestro
El nombre de Lugiba quedó inscrito en quienes lo conocieron. Su legado trascendió en dos ámbitos: las artes marciales y la publicidad local. Durante décadas formó a varias generaciones como sensei, transmitiendo disciplina, respeto y perseverancia.
Aunque no nació en esta ciudad, eligió a Santo Domingo como su hogar. Desde allí impulsó su taller de rótulos, iniciado en el sector de Cinco Esquinas. Años después lo trasladó a la cooperativa Santa Martha, donde consolidó el negocio con el nombre Lugiba, un acrónimo de sus nombres y apellidos.
Su pasión y esfuerzo le permitieron destacar tanto en el ámbito deportivo como en el empresarial. En ambos campos fue considerado un referente respetado.
Enfermedad y lucha constante
Hace aproximadamente cuatro años fue diagnosticado con cáncer. Desde entonces inició un tratamiento para prolongar su vida. Sin embargo, tras una caída que deterioró aún más su estado de salud, fue ingresado en un hospital. El jueves 28 de agosto, alrededor de las 11:00, falleció.
El anuncio de su partida causó pesar entre quienes lo conocieron. Desde diversos sectores se difundieron mensajes de condolencia, reconociendo su aporte a la comunidad. El sepelio se realizó el sábado 30 de agosto en el cementerio Central de Santo Domingo. Allí, entre cantos y oraciones, se cerró un ciclo de vida marcado por la enseñanza y el servicio.
Honores en su despedida

El homenaje a Lugiba estuvo acompañado de un gesto simbólico. Sus compañeros de artes marciales acudieron vestidos con la indumentaria deportiva y el cinturón negro. Frente al féretro realizaron una guardia de honor como muestra de respeto.
Sus alumnos recordaron las lecciones recibidas. La comunidad lo despidió como un hombre apasionado y entregado a su vocación de enseñar. Sus hijos, esposa y compañeros dieron emotivas palabras de agradecimiento a quienes lo acompañaron en su último momento (31).