Gisselle Rosales, Miss Ecuador 2025, se proyecta como una embajadora de resiliencia y paz.
La soberana, quien ha abrazado la nacionalidad ecuatoriana desde el corazón y la legalidad, se alista para representar al país en el Miss International 2026.
En una entrevista íntima con este medio, Gisselle profundiza sobre los desafíos de su reinado, su respuesta ante las críticas por su origen y la sólida preparación intelectual que lleva a cabo. Para ella, la corona no es solo un accesorio de belleza, sino una plataforma para potenciar proyectos sociales.
¿Cómo ha vivido estos primeros meses como Miss Ecuador?
Con profunda gratitud y plena conciencia de la responsabilidad que representa este título. Cada día lo asumo como una oportunidad para servir, aprender y crecer, manteniendo siempre como eje el respeto, la empatía y la cultura de paz.
Mi intención es que cada paso que doy refleje el compromiso, la coherencia y mi amor por el país que hoy represento.
¿Ya se está preparando para el Miss International 2026?
Sí, me preparo de manera constante y además integral. Trabajo en oratoria, pasarela, expresión corporal, maquillaje y peluquería, porque en todo certamen de belleza la preparación escénica es importante, pero también sabemos que no es suficiente por sí sola.

Paralelamente, mantengo una formación intelectual especial, profundizo en la cultura japonesa, sus valores y su filosofía de respeto, armonía y paz, aspectos fundamentales del Miss International.
¿Cuál es su objetivo y qué busca transmitir como la representante ecuatoriana en Miss International?
Mi objetivo es ser una embajadora de paz y de entendimiento entre culturas. Busco transmitir al mundo un Ecuador diverso, solidario y resiliente, con una riqueza natural extraordinaria que se refleja en su Amazonía, su biodiversidad y sus recursos, pero, sobre todo, en la calidad humana de su gente.
Quiero mostrar a Ecuador como un país que cree en la educación, en el respeto a la vida, en la igualdad de oportunidades.
¿Qué actividades sociales tiene proyectadas en su año como Miss Ecuador?
Desde el año 2022 desarrollo de manera continua mi proyecto social “Unidos por una Sonrisa”. Este se enfoca en el apoyo a la educación de niños y en la promoción de valores que fortalezcan su autoestima y oportunidades para su futuro. Como Miss Ecuador, continúo impulsando este proyecto.

Tras su coronación, se dieron muchas críticas por su lugar de nacimiento. ¿Cómo se siente ahora como representante de la belleza ecuatoriana?
Me siento tranquila y segura del camino que recorro. El hecho de contar hoy con una nacionalidad ecuatoriana formal responde a un proceso legal, pero no define ni modifica el sentimiento que tengo por este país desde hace muchos años, desde mi infancia.
Mi vínculo con Ecuador se ha construido a lo largo del tiempo, a través de experiencias, aprendizajes y afectos. Representarlo hoy es una expresión natural de ese lazo profundo que siempre ha estado presente en mi vida.
¿Qué es lo que más atesora de Ecuador?
Atesoro profundamente a su gente y su espíritu emprendedor. El ecuatoriano trabaja sin descanso, aprovecha con sabiduría los recursos que la naturaleza le ofrece y lucha día a día por el bienestar de sus familias.
Esa capacidad de esfuerzo, de resiliencia y de constante superación es una de las mayores fortalezas del Ecuador y una fuente permanente de admiración para mí.
¿Puede darle un mensaje navideño y de Año Nuevo a los ecuatorianos?
En esta Navidad y en el inicio del nuevo año, deseo que los ecuatorianos encontremos espacios para la reflexión, la unión y la esperanza. Que recordemos el valor de la vida, del respeto mutuo y de la solidaridad como pilares para convivir en armonía.