Investigadores de la Universidad de Viena, en colaboración con la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) y la Universidad Kyung Hee, analizaron datos de más de 400.000 personas de Europa y Reino Unido y concluyeron que las dietas basadas en plantas se relacionan con un menor riesgo de cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y multimorbilidad.
Un estudio de gran escala internacional
La investigación fue publicada en la revista The Lancet Healthy Longevity y se sustentó en dos grandes bases de datos: el estudio EPIC (Investigación Prospectiva Europea sobre el Cáncer y la Nutrición) y el Biobanco del Reino Unido.
La muestra incluyó a participantes de entre 37 y 70 años de países como Italia, España, Reino Unido, Alemania, Países Bajos y Dinamarca, lo que permitió obtener resultados comparativos en diferentes contextos sociales y culturales.
Los investigadores observaron que las personas que seguían una dieta predominantemente vegetal con cantidades moderadas de productos animales presentaban un riesgo significativamente menor de desarrollar enfermedades crónicas múltiples.
Reducción de casos de multimorbilidad
El equipo concluyó que la adherencia a patrones alimenticios ricos en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres, junto con una reducción en el consumo de carnes y derivados, está asociada a un menor riesgo de cáncer y enfermedades cardiometabólicas.
De acuerdo con los datos del Biobanco británico, los adultos con mayor apego a estas dietas tenían un 32% menos de riesgo de multimorbilidad en comparación con quienes mantenían una dieta menos saludable.
“Nuestro estudio destaca que una dieta saludable basada en plantas no solo influye en enfermedades individuales, sino que puede reducir la aparición simultánea de varias enfermedades crónicas”, explicó Reynalda Córdova, líder del estudio y epidemióloga nutricional.
Beneficios más allá de la salud
El coautor del trabajo, Karl-Heinz Wagner, presidente de la Sociedad Austriaca de Nutrición, señaló que además de los beneficios clínicos, este tipo de alimentación tiene un impacto positivo en el medioambiente, ya que contribuye a una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero y en el uso de suelo agrícola.
Este aspecto refuerza la relevancia de las dietas basadas en plantas no solo desde una perspectiva de salud pública, sino también como medida sostenible frente a los desafíos climáticos actuales.
Importancia para la salud pública
Los investigadores señalaron que las directrices dietéticas y las políticas de salud deben considerar estas evidencias para orientar a la población hacia un mayor consumo de productos vegetales.
“No es necesario eliminar los alimentos de origen animal por completo. Un cambio gradual hacia una dieta con predominio vegetal ya tiene efectos positivos”, añadió Córdova.
Este enfoque busca promover un modelo de nutrición accesible y realista, adaptable a diferentes culturas y estilos de vida, con beneficios demostrados en la reducción de enfermedades y en la mejora de la calidad de vida.
El estudio internacional liderado por la Universidad de Viena aporta evidencia sólida de que una alimentación basada en plantas es clave para reducir el riesgo de multimorbilidad del cáncer y enfermedades cardiometabólicas. Los hallazgos refuerzan la necesidad de promover políticas de nutrición preventiva que integren estos patrones alimenticios en todas las etapas de la vida.