Pamela Anderson compartió en una entrevista con Harper’s Bazaar UK su evolución personal, destacando la autenticidad, la conexión con la naturaleza y un estilo de vida sostenible. Radicada en Vancouver Island, la icónica actriz de 57 años se alejó de la fama para enfocarse en su bienestar, su jardín y proyectos como su programa de cocina en Netflix y su línea de belleza, Sonsie.
En la conversación, Pamela Anderson abordó cómo su trayectoria, marcada por “Baywatch” y portadas de Playboy, no reflejaba su verdadera personalidad. “Soy muy tímida, siempre lo he sido”, confesó, revelando que su imagen pública de los años 90 y 2000 contrastaba con su naturaleza reservada. Su papel en La última gran actuación (2024), dirigida por Gia Coppola, le hizo sentir que recién comienza su carrera, a pesar de su ingreso poco convencional al espectáculo sin formación actoral previa.
Reinvención y simplicidad
Pamela Anderson redefine el éxito desde la gratitud y el esfuerzo constante, influenciada por su crianza. “Me gusta la lucha, no conseguir todo lo que quieres”, afirmó. Inspirada por Vivienne Westwood, aboga por un estilo minimalista: “Compra una gran cosa al año, no llenes tu armario de cosas innecesarias”. Su rutina actual, centrada en cultivar vegetales y cuidar su jardín, refleja su búsqueda de plenitud en lo esencial.
Belleza y libertad
Para Pamela Anderson, la belleza radica en la autenticidad. “La vanidad es una prisión. Dejarla atrás te hace libre”, señaló, destacando la importancia de pensar de forma independiente en un mundo saturado de información. Su línea de belleza, Sonsie, y su programa Pamela’s Cooking With Love promueven un enfoque consciente y sostenible. “Volver al jardín, ensuciarte las manos, te conecta con lo esencial”, agregó, enfatizando cómo estas prácticas le han permitido encontrar paz interior.
Impacto y legado
Lejos del glamour de Hollywood, Pamela Anderson ha resignificado su influencia, inspirando a nuevas generaciones a valorar la simplicidad y la conciencia ecológica. Su vida en Vancouver Island, dedicada a tareas cotidianas y proyectos personales, contrasta con su pasado de exposición mediática. Aunque sigue siendo un ícono cultural, su mensaje actual se centra en el bienestar personal y la autenticidad, alejándose de las expectativas externas.
La entrevista refleja una transición hacia una vida más introspectiva, donde Anderson prioriza el equilibrio personal sobre el reconocimiento público. Su consejo de enfocarse en lo esencial resuena en un contexto donde la presión por la imagen perfecta prevalece. Con su trabajo actual, busca inspirar a otros a redescubrir la belleza en la simplicidad y la libertad de ser auténticos.